El lunes pasado, tuve la oportunidad de asistir a un evento de danza contemporánea como parte de las actividades del Festival Internacional de Danza José Limón que se celebra del 12 al 19 de abril del presente año en Mazatlán, Sinaloa. El evento, llamado Fit/Misfit, estuvo a cargo de las compañías de danza Iseli-Chiodi (Irlanda) y Lux Boreal (México).
Entré al teatro Ángela Peralta en punto de las ocho de la noche para encontrarme con un escenario sin escenografía, sólo cinco lámparas colgantes, tres hombres y una mujer vestidos de negro, de pie, en silencio. Comenzó una música instrumental electrónica y los artistas comenzaron a moverse. Después de una serie de empujones, caídas al piso, giros y movimientos que para mí no tenían sentido, se apagaron las luces y se prendió la máquina de humo que pronto llenó el escenario.
Al encenderse la luz, reaparecieron los intérpretes de danza contemporánea, pero ahora con atuendos coloridos. Continuaron moviéndose por todo el escenario y de repente se escuchaban risas entre los asistentes. Mi cara de confusión no pudo haber sido más obvia.
¿De qué me estaba perdiendo? ¿Acaso dijeron algún chiste que no alcancé a escuchar desde mi asiento?
Continuaron pues con la función. Hubo algunos cambios de música; momentos después los intérpretes se pusieron de pie frente al público y las personas comenzaron a aplaudir. Al ver mi reloj noté que habían pasado exactamente 50 minutos y lo primero que pasó por mi mente fue preguntarme: “¿Qué?, ¿Ya se acabó?, ¿Yo también aplaudo o van a regresar?”. El evento había terminado.
Por más que le di vueltas y re-leídas al programa que nos dieron al ingresar al teatro, no encontré la parte en la que explicaban el significado de lo que acababa de ver, no sabía cómo interpretarlo. Y no pude evitar pensar que había más de uno que había pasado por lo mismo.
Por lo mismo, decidí darme a la tarea de investigar un poco al respecto, esperando que lo que lo que encuentre pueda mostrar una luz en todo esto, y al final nos ayude a comprender más sobre esta forma de arte.
Donde dos culturas se encuentran
Iseli-Chiodi (Irlanda) y Lux Boreal (México) es un colectivoque se forma a partir deestas dos compañíasde danza. Alexandre Iseli & Jazmin Chiodi fueron los creadores de la producción Fit/Misfit al que se le sumaron Raúl Navarro, Ángel Arámbula y Humberto Vega. En esta producción se combina la danza asociación dinámica y teatro físico donde negocian su lugar, tratando de encajar, adaptarse y confiar en los demás a través de un enfrentamiento protagonizado por sus sensibilidades individuales y su necesidad de pertenencia.
Con un aire que evoca a Tiempos Violentos (Tarantino), Fit/Misfit investiga la sensación incómoda que podemos tener cuando nuestro sentido de individualidad choca con nuestros intentos de pertenecer a un grupo.
¿Qué es la danza contemporánea?
La danza contemporánea surge como una reacción a las formas clásicas y probablemente como una necesidad de expresarse más libremente con el cuerpo. Es una clase de danza en la que se busca expresar, a través del bailarín, una idea, un sentimiento, una emoción, al igual que el ballet clásico, pero mezclando movimientos corporales propios del siglo XX y XXI.
La danza contemporánea puede hablar de un concepto, proponer un ambiente o presentar movimientos con el propósito de conseguir una estética determinada, no siempre tiene que contar una historia.Por otro lado, la danza clásica se construye a través de pasos ya existentes y siempre codificados mientras que la danza contemporánea busca la innovación y la creación de nuevas formas de movimiento de acuerdo con las necesidades del coreógrafo o el intérprete.
Me di cuenta de que la danza contemporánea busca la conexión con lo terrenal, con lo humano y sus pasiones, la no estructura, la transgresión.
En conclusión...
Una vez terminada mi búsqueda sobre el significado de la danza que había presenciado, no pude evitar soltar un “aaaaah, con que eso era”, y ahí todo tuvo sentido para mí. Pude ver la razón por la que vestían de negro, y con cada empujón y movimiento que hacían entendí que ellos trataban de darse a conocer como individuos y, que si bien no en todo estaban de acuerdo, eso no los detenía a seguirlo intentando, después (con el cambio de atuendo por uno más colorido) comprendí que era la etapa de acoplamiento, en la que los artistas se sentían cómodos sien- do ellos mismos dentro de un grupo de personalidades diferentes.
Lo que me queda es un nuevo aprendizaje y apreciación sobre una forma de expresión y arte que era desconocida para mí, pero que viéndolo desde otra perspectiva, es realmente algo disfrutable que creo que todos deberían darse el tiempo para experimentar.
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